domingo, 27 de octubre de 2013

VIVIR CON LA IGLESIA - CONQUISTA DEL REINO DE DIOS

VIVR CON LA IGLESIA.P.Juan Manuel Igartua S.J.






El P.Igartua S.J. dedicó esta obra al P.Enrique Ramière S.J. para conmemorar el centenario de su memorable libro "L'Apostolat de la Prière" 1861-1961.



El tema es: La espiritualidad del Apostolado de la Oración.



Consta de tres partes:



PRIMERA PARTE: PLAN DIVINO DE LA REDENCIÓN (Los principios teológicos de la espiritualidad)



SEGUNDA PARTE: NUESTRA COLABORACIÓN AL PLAN DIVINO (Los elementos prácticos de la espiritualidad)



TERCERA PARTE: CONQUISTA DEL REINO DE DIOS (El dinamismo de la espiritualidad).



En la sesión de hoy se examina la tercera parte.



TERCERA PARTE: CONQUISTA DEL REINO DE DIOS (El dinamismo de la espiritualidad)



Consta de los siguientes apartados I.- Adveniat Regnum tuum II.- El Apostolado de la Oración y el Reino de Dios. III.- La Cruzada del Reino de Cristo. IV.- Fermento para la masa V.- Espíritu católico del Apostolado de la Oración. VI.- Sentido pastoral del Apostolado de la Oración. VII.- Lábaro de cristiandad. VIII.- Se hará un solo rebaño y un solo Pastor. IX.- Supremo espíritu de caridad.



I.- Adveniat Regnum tuum



La segunda petición de este divino temario de deseos de la Iglesia y peticiones es la conocida: Venga a nosotros tu Reino Adveniat Regnum tuum. El sentido primario de esta petición, pues secundariamente se refiere al Reino interior de la gracia y al de la gloria, es la llegada del Reino de Dios socialmente entendido, es decir, el Reino exterior que es la Iglesia, a la tierra, por la conversión de herejes, cismáticos, paganos y judíos. Es el lema que el Apostolado de la Oración tomó desde el principio: Adveniat Regnum tuum.



II.- El Apostolado de la Oración y el Reino de Dios.



Para la cruzada universal Católica de oración a favor de las almas, para obtener la aceleración del triunfo del Reino de Cristo, comprendió Ramiére que había que buscar la eficacia en la unión de estas oraciones y sacrificios con los del Corazón Divino de Jesús. Ramiére explicó de forma excepcional, nuestra incorporación en Jesucristo, la doctrina del Cuerpo Místico, que ha alcanzado un pleno desarrollo para la devoción al Corazón de Jesús, que la ha hecho fructificar en cuanto a su inteligencia, según explica el Papa Pío XII. Esta doctrina, que él llama «la divinización del cristiano en Jesucristo», es la base del Apostolado de la Oración. El Apostolado de la Oración constituye la unión de los fieles que se unen, por medio del ofrecimiento cotidiano de sí mismos, al Sacrificio Eucarístico, en el cual continuamente se realiza la obra de nuestra redención, y de este modo por medio de la unión vital con Cristo, de la que depende la fecundidad del apostolado, cooperan a la salvación del mundo. (Estatutos 1968).



III.- La Cruzada del Reino de Cristo.



La lucha toca a los fundamentos mismos del orden moral, jurídico, y aun humano simplemente. Porque la lucha gira en realidad en torno a la existencia del mismo Dios.



IV.- Fermento para la masa.



Es preciso renovar la Sociedad humana. Ella ha ido decayendo, negando primero la Iglesia, después a Cristo, después la vida de Dios y, finalmente a Dios mismo, y ahora es preciso volverla a transformar «de selvática en humana, y de humana en divina, según el Corazón de Dios».



V.- Espíritu católico del Apostolado de la Oración



«Nos oramos a Jesús para que apresure el día— que ha de venir (che deve venire)—en que una nueva misteriosa efusión del Espíritu Santo investirá a todos los soldados de Cristo, y a todos los enviará como a portadores de salvación entre las miserias de la tierra». El espíritu del Apostolado de la Oración es formado de la más pura esencia del dogma católico en su aplicación vital. Se funda en el dogma de la redención vivido en el Cuerpo Místico, tal como la lglesia lo vive. Todos sus principios doctrinales son católicos, y pertenecen a la base misma de la doctrina de la Iglesia. Hemos llamado a este libro «Vivir con la Iglesia». Creemos que no otra es la función del Apostolado de la Oración.



VI.- Sentido pastoral del Apostolado de la Oración



En el camino de Dios solo hay una vía, y es la de la unión con Cristo, y esta es la que en su más directa expresión practica el Apostolado. Él que viva con intensidad la vida del Apostolado de la Oración verá aumentar: a) sus méritos ante Dios b) sus satisfacciones por los pecados c) la eficacia de sus oraciones ante Dios d) la paz del corazón y la misma seguridad de su salvación



VII.- Lábaro de cristiandad



»La reeducación de la Humanidad, si se quiere que sea efectiva, tiene que ser, ante todo, espiritual y religiosa: por tanto debe partir de Cristo como de su fundamento indispensable, tener la justicia por su ejecutora, y por corona la caridad» Porque Pío XII ha recapitulado el camino de descristianización de la Sociedad diciendo con certera palabra: «No preguntéis cuál es el enemigo ni qué vestidos lleva. Este se encuentra por todas partes y en medio de todos. Sabe ser violento y taimado. En estos últimos siglos ha intentado llevar a cabo la disgregación intelectual, moral, social, de la unidad del organismo misterioso de Cristo. Ha querido la naturaleza sin la gracia, la razón sin la fe, la libertad sin la autoridad, a veces la autoridad sin la libertad. Es un enemigo que cada vez se ha hecho más concreto con una despreocupación que deja todavía atónitos: Cristo sí, la Iglesia no. Después Dios sí, Cristo no. Finalmente, el grito impío: Dios ha muerto; más aún: Dios no ha existido jamás» A la inversa, clamemos: Dios sí, Cristo sí, Iglesia sí, porque no tiene a Cristo por Padre el que no reconoce a la Iglesia Católica por Madre. Nos ha dicho León XIII revelándonos el maravilloso plan sobrenatural de Dios: «He aquí que hoy se presenta a nuestros ojos otra señal muy favorable y divina: el Corazón Sacratísimo de Jesús, con la cruz sobrepuesta, brillante entre las llamas con vivísimos resplandores.



VIII.- Se hará un solo rebaño y un solo Pastor



Podemos, por tanto, estimar las proféticas palabras del Señor, dignas de eterna memoria: «Y se hará un solo rebaño y un solo Pastor» Estas palabras admirables de Jesús han pasado a ser como el lema de la ardiente esperanza de la Iglesia Católica, sobre todo en sus recientes Pontífices. La esperanza de Pío IX y de los Obispos de la Iglesia de que se haga un rebaño y un Pastor, a la que San Pío X llamó cincuenta años más tarde «la gran esperanza», fue concebida como fruto precisamente de la definición del dogma dé la Inmaculada Concepción en 1854. Nos confirma esta intervención León XIII diciendo que: «Un auspicio de que esto acontecerá a plazo no muy lejano parece confirmarse por la creencia y confianza que se encierra en los ánimos piadosos de que María será el vínculo feliz, con cuya firme y blanda fuerza, de todos aquellos que en cualquier parte del mundo amen a Cristo, se hará un solo pueblo de hermanos, sumisos como a Padre común a su Vicario en la tierra, el Pontífice Romano» En los Corazones de Jesús y de María descansa la esperanza sublime de la Iglesia Por eso el Apostolado de la Oración enseña a los suyos a dirigir al Corazón de Jesús todas las obras, por medio del Corazón Inmaculado de María, con el inefable gemido que exhala del Cuerpo Místico el Espíritu Santo, por esta actual y perpetua intención de Jesús y de su Iglesia: Venga a nosotros tu Reino. Lo cual equivale a estar diciendo con gran clamor día y noche: Haya un solo rebaño y un solo Pastor I



X.- Supremo espíritu de caridad



Ser testigos de Jesús, o sea mártires, es el oficio de los cristianos, primero en Jerusalén (Esteban y Santiago), luego en Samaría, y hasta los extremos de la tierra, porque la conquista del Reino de Dios, larga y laboriosa, restauración de Israel de Dios que culminará en la del Israel judío cristianizado, exigía el testimonio de la Sangre previamente. »He aquí el espíritu del martirio. Rogad a Nuestro Señor, Rey de los mártires, que os llene de este espíritu. Rogad a la Reina de los mártires y a todos los mártires que con sus oraciones os obtenga este espíritu del Hijo de Dios. Tened devoción especial a todos los santos mártires. Rogad también a Dios por todos los que tienen que sufrir el martirio, a fin de que les dé la gracia y el espíritu del martirio; pero especialmente por todos los que tendrán que sufrir en el tiempo de la persecución del Anticristo, que será la más cruel de todas las persecuciones». Escribe el resto de tu post aquí.