jueves, 1 de mayo de 2014

EL CORAZÓN DE JESÚS Y LOS SACRAMENTOS DE LA INICIACIÓN CRISTIANA

EL CORAZÓN DE JESÚS Y LOS SACRAMENTOS DE LA INICIACIÓN CRISTIANA

1.- El Corazón de Jesús y los Sacramentos en general.

El Corazón de Jesús es la fuente de nuestra vida divina; los sacramentos nos confieren la vida divina de una manera permanente. El Corazón de Jesús nos comunica también la vida divina por medio de la justificación. A esta comunicación, dase el nombre de mérito. Por medio, finalmente, de la gracia actual, puede tam­bién sernos dada por el ministerio de la Iglesia.

2.- El corazón de Jesús y el Bautismo

2.1.- Maravillas   que   obra  el  Bautismo

El Bautismo es el primer vínculo que une los cristianos al Corazón de Jesús; el sello de alianza que hace entrar al hijo del hombre en la familia de Dios.

CIC1213 El santo Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el espíritu y la puerta que abre el acceso a los otros sacramentos. Por el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión cf Concilio de Florencia: DS 1314.CIC, can 204,1.849.C.EO 675,1. 

2.2.- El Bautismo misterio de muerte.

Es a la vez un misterio de muerte y un misterio de vida; porque desde que el hombre, despojándose de la vida de Dios por el pecado, se condenó voluntariamente a la muerte, vióse imposibilitado de volver a su antiguo estado si no se sometía al justo castigo que sus culpas merecían. La misericordia divina no puede regenerarle si antes no se da satisfacción a la divina justicia. La deuda contraida de nuestro primer padre se ha de pagar antes que el nuevo hijo de Adán pueda recobrar sus derechos a la herencia celestial.

Jesucriso murió por ese niño y el Bautismo va a hacerle participante de su muerte, modo por cierto maravilloso de que echará mano la justicia del nuevo Adán para arruinar la obra de muerte, consumada por la iniquidad del primer hombre, y de que sobreabunde la gracia donde había abundado el pecado.

El primer efecto del Bautismo es injer­tarnos en la muerte de Jesucristo, según el dicho de San Pablo; sepultarnos en su tumba y bauti­zarnos en su muerte. Su contenido había la Iglesia hecho más palpable aún por la costumbre que tenía de bautizar por inmersión.

2.3.- El Bautismo misterio de vida.

Este misterio es un misterio de vida mucho más que de muerte. Así como el Divino Salvador dio la vida al mundo entero, muriendo por nosotros, así da su vida a cada hombre, haciéndole participante de los merecimientos de su muerte.

El Corazón de Jesús encierra dos tesoros igualmente infinitos: el de las satisfacciones del Salvador y el de sus méritos; al comunicarnos sus méritos nos da la vida, y destruye en nosotros la muerte al comunicarnos sus satisfacciones.

Este misterio del crecimiento y comunicación de la vida física, en el orden natural, es una admirable figura del misterio de la propagación de la vida en el orden sobrenatural.

2.4.- La mistagogia de la celebración

CIC 1234 El sentido y la gracia del sacramento del Bautismo aparece claramente en los ritos de su celebración.

1235 La señal de la cruz, al comienzo de la celebración, señala la impronta de Cristo sobre el que le va a pertenecer y significa la gracia de la redención que Cristo nos ha adquirido por su cruz.

1236 El anuncio de la Palabra de Dios ilumina con la verdad revelada a los candidatos y a la asamblea y suscita la respuesta de la fe, inseparable del Bautismo. En efecto, el Bautismo es de un modo particular "el sacramento de la fe" por ser la entrada sacramental en la vida de fe.

1237 Puesto que el Bautismo significa la liberación del pecado y de su instigador, el diablo, se pronuncian uno o varios exorcismos sobre el candidato. Este es ungido con el óleo de los catecúmenos o bien el celebrante le impone la mano y el candidato renuncia explícitamente a Satanás. Así preparado, puede confesar la fe de la Iglesia, a la cual será "confiado" por el Bautismo (cf Rm 6,17).

1238 El agua bautismal es entonces consagrada mediante una oración de epíclesis (…). La Iglesia pide a Dios que, por medio de su Hijo, el poder del Espíritu Santo descienda sobre esta agua, a fin de que los que sean bautizados con ella "nazcan del agua y del Espíritu" (Jn 3,5).

1239 Sigue entonces el rito esencial del sacramento: el Bautismo propiamente dicho, que significa y realiza la muerte al pecado y la entrada en la vida de la Santísima Trinidad a través de la configuración con el misterio pascual de Cristo. El Bautismo es realizado de la manera más significativa mediante la triple inmersión en el agua bautismal. Pero desde la antigüedad puede ser también conferido derramando tres veces agua sobre la cabeza del candidato.

1240 En la Iglesia latina, esta triple infusión va acompañada de las palabras del ministro: "N., yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo". En las liturgias orientales, estando el catecúmeno vuelto hacia el Oriente, el sacerdote dice: "El siervo de Dios, N., es bautizado en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo". Y mientras invoca a cada persona de la Santísima Trinidad, lo sumerge en el agua y lo saca de ella.

1241 La unción con el santo crisma, óleo perfumado y consagrado por el obispo, significa el don del Espíritu Santo al nuevo bautizado. Ha llegado a ser un cristiano, es decir, "ungido" por el Espíritu Santo, incorporado a Cristo, que es ungido sacerdote, profeta y rey (cf. Ritual del Bautismo de niños, 62).

1242 En la liturgia de las Iglesias de Oriente, la unción postbautismal es el sacramento de la Crismación (Confirmación). En la liturgia romana, dicha unción anuncia una segunda unción del santo crisma que dará el obispo: el sacramento de la Confirmación que, por así decirlo, "confirma" y da plenitud a la unción bautismal.

1243 La vestidura blanca simboliza que el bautizado se ha "revestido de Cristo" (Ga 3,27): ha resucitado con Cristo. El cirio que se enciende en el Cirio Pascual, significa que Cristo ha iluminado al neófito. En Cristo, los bautizados son "la luz del mundo" (Mt 5,14; cf Flp 2,15).

El nuevo bautizado es ahora hijo de Dios en el Hijo Único. Puede ya decir la oración de los hijos de Dios: el Padre Nuestro.


3.- El Corazón de Jesús y la Confirmación.


El hombre al na­cer todavía no es más que un hombre esbozado y rudimentario. Para llegar a ser un hombre perfecto ha de crecer y desarrollarse.

El sacramento de la Confirmación acaba, confirma y desenvuelve lo que el Bautismo había comenzado y esbozado. No nos da, como el Bautismo, un ser nuevo; pero sí una nueva participación del ser divino, que había sido producido en nosotros por el agua santa. 

La Confirmación completa, pues, la imagen del cristiano y de su divino modelo.

3.1.- La Confirmación y el Corazón de Jesús.

Para formarnos un cabal concepto de la Confirmación, lo mismo que del Bautismo, hay que considerar estos sacramentos en sus relaciones con el Corazón de Jesús. Este Divino Corazón es la fuente de donde este vivificador Espíritu se derrama en nosotros como en el Bautismo. Pues no recibimos la unción del Espíritu Santo sino en cuanto somos miembros vivos del Hijo de Dios, y por el influjo de esa divina Cabeza.

3.2.- Frutos   de   la   Confirmación.


CIC 1303 Por este hecho, la Confirmación confiere crecimiento y profundidad a la gracia bautismal:

nos introduce más profundamente en la filiación divina que nos hace decir "Abbá, Padre" (Rm8,15).

nos une más firmemente a Cristo

aumenta en nosotros los dones del Espíritu Santo

hace más perfecto nuestro vínculo con la Iglesia (cf LG 11)

nos concede una fuerza especial del Espíritu Santo para difundir y defender la fe mediante la palabra y las obras como verdaderos testigos de Cristo, para confesar valientemente el nombre de Cristo y para no sentir jamás vergüenza de la cruz (cf DS 1319; LG 11,12):

4.- El Corazón de Jesús y la Eucaristía

4.1.- Nuestra unión  con  Jesucristo  y entre nosotros fue el objeto de sus trabajos.

Nuestro corazón ha sido íntimamente unido al Corazón de Jesús por medio del Bautismo, y la Confirmación ha hecho esta unión mucho más es­trecha todavía. La gran obra de la divi­nización de los hombres, objeto de la misión del Hombre-Dios, está ya rnuy adelantada; sin embar­go de eso dista mucho de estar acabada: el Co­razón de Jesús aspira a una unión mucho más estrecha y completa.

4.2.- En qué consiste nuestra unión perfecta con Jesucristo en este mundo

Nuestra unión perfecta con Jesucristo esta prevista en la unión beatífica. Por eso, creó en la tierra, en la comunión eucarística, una más acomodada a nuestra existencia presente por medio de la cual puede satisfacer, cada más más, el deseo de unión que el amor hacia nosotros hace brotar en su Corazón. La comunión eucarística realiza, pues, lo más perfectamente que en la tierra es posible, las aspiraciones del Corazón de Jesús y los misericordiosos designios de su amor. La vida y felicidad de los ángeles y santos del cielo proviene de la posesión del mismo Jesucristo que en la Eucaristía se nos da entero. En ellos va esta posesión acompañada de un pleno gozo, pero está privada del mérito; en nosotros compensa con mérito lo que pierde de dicha; pero entrambas son igualmente reales. Este sacramento de amor hace, pues, que no sólo los cristianos de la tierra entre sí, sino también que los habitantes de la tierra con los del cielo, que los hombres con los ángeles estén en real e íntima unión consumando de este modo en la unidad viviente del Corazón de Jesús toda la creación racional.

CIC 1322 La Sagrada Eucaristía culmina la iniciación cristiana. Los que han sido elevados a la dignidad del sacerdocio real por el Bautismo y configurados más profundamente con Cristo por la Confirmación, participan por medio de la Eucaristía con toda la comunidad en el sacrificio mismo del Señor.

4.3.- La Eucaristía, fuente y culmen de la vida eclesial. 

1324 La Eucaristía es "fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11). "Los demás sacramentos, como también todos los ministerios eclesiales y las obras de apostolado, están unidos a la Eucaristía y a ella se ordenan. La sagrada Eucaristía, en efecto, contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua" (PO 5). 

1325 "La comunión de vida divina y la unidad del Pueblo de Dios, sobre los que la propia Iglesia subsiste, se significan adecuadamente y se realizan de manera admirable en la Eucaristía. En ella se encuentra a la vez la cumbre de la acción por la que, en Cristo, Dios santifica al mundo, y del culto que en el Espíritu Santo los hombres dan a Cristo y por él al Padre" (Instr. Eucharisticum mysterium, 6). 

1326 Finalmente, por la celebración eucarística nos unimos ya a la liturgia del cielo y anticipamos la vida eterna cuando Dios será todo en todos (cf 1 Co 15,28). Escribe el resto de tu post aquí.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hola, soy un estudiante de historia en la Universidad Estatal del Norte de Paraná-UENP / Brasil y cuenta de un documento sobre algunos artículos de la revista Cristiandad. Me pregunto cuáles son las actividades de la Schola Cordis Jesu, porque tiene que ver con la creación de la revista Cristiandad. Perdone, pero lo que somos en la sección no era muy claro para mí.
Gracias de antemano.
Vanessa F. Mayrinck
vanessa_mayrinck@hotmail.com

Cosmologo dijo...

Schola Cordis Jesu es una sección del Apostolado de la Oración, en la primera entrada se hace un resumen de quiénes somos.