EL ENIGMA DE LA PROFECÍA DE SAN MALAQUÍAS SOBRE LOS PAPAS - P. Juan Manuel Igartua S.J.
Esta obra se publicó en 1976 y es una obra de más de 500 páginas con 16 láminas. Estudia el posible valor profético de una revelación privada y lo que pide el asentimiento de nuestra fe, es la Escritura y la Tradición de la revelación pública de la que es intérprete el Magisterio de la Iglesia. Con gran rigor y recopilación de datos analiza el tema de los aciertos de la lista. Se consideran los 113 o 112 lemas de que se compone según que el último se desdoble en dos o no, como figura en las primeras ediciones. Se comprueban los aciertos de las dos partes de la lista. La primera va desde Celestino II (1143-44), hasta Clemente VIII (1592-1605), que es el lema 77 durante cuyo pontificado se publicó, y la segunda que va desde ahí al futuro Pedro Romano.
La publicación fue realizada por el monje belga Wion en su obra “Lignum vitae” en 1595 haciendo alusión a una lista del arzobispo S. Malaquías muerto en 1148 comentada a su vez por el célebre dominico Chacon.
El problema de la autenticidad de la atribución como autor a S. Malaquías y por lo tanto de si la primera parte hasta su publicación es un ingenioso resumen histórico, queda en el estudio del P. Igartua S.J. separado del sorprendente tema de los aciertos de la lista desde la fecha de la publicación hasta ahora. Esto último es lo importante desde un estudio crítico de su posible valor profético.
Para la apropiación de los lemas a los pontífices se estudian datos personales, históricos y simbólicos y en esta apropiación en el último de los pontífices se acababan de producir referencias muy notables. A Juan Pablo I le correspondía el lema 109 “De medietate lunae”, “De la mitad de la luna”. Su nombre era “Albino” que significa “blanco”, su apellido “Luciani” de la palabra “luz”, el lugar de nacimiento en la diócesis de “Belluno” y el día de su elección menguante exacto de la luna.
El P. Igartua S.J. analiza los lemas aplicando los distintos criterios e incluso estudia una posible clave matemática basada en algunos lemas concretos que hacen referencia a Pedro. También estudia la posibilidad de que el lema 73 que le corresponde a Sixto V (1585-1590), “Axis in medietate signi”, “Eje en la mitad del signo”, divida la lista en dos partes iguales. Según esto desde el primer Papa de la lista Celestino II (1143) a la mitad del pontificado de Sixto V (1587) son 444 años. Sumando otros 444 sale el segundo milenario de la Redención (2031).
Tras el análisis de los aciertos, aplicando el cálculo de probabilidades afirma que “aparece al menos como probable un carácter de acierto en el documento que no puede ser atribuido al mero azar o casualidad, y que por lo mismo resulta como probable el acierto profético”. Y en otro lugar “la lista se presenta como de probable carácter profético en su segunda parte posterior a la publicación en 1595” . A continuación se pregunta si se podrá llegar a una conclusión más cierta. Es entonces cuando dice que en el pontificado correspondiente a “Gloria olivae” es el que dará la clave del valor profético de la lista.
Explicando este lema da dos posibles interpretaciones. La primera sería la paz universal simbolizada por el ramo de olivo que trajo la paloma después del diluvio. La segunda la conversión de Israel. Esto último está claramente afirmado en al capítulo XI de la carta de S. Pablo a los Romanos donde dice que Israel es el verdadero olivo. También recoge de otros intérpretes, que en el Apocalipsis 11,4 se habla de “dos olivos” o “dos testigos” en los que los antiguos intérpretes veían a Elías y Henoch.
Del lema “In persecutione” dice que habría que pensarlo relacionado con la persecución de la Iglesia Romana que quizás sea la del Anticristo por ser la última.
Del lema “Petrus Romanus” dice que, si es un lema distinto del anterior y no una clave-resumen, se halla conectado con la destrucción de la ciudad de Roma descrita en los capítulos 17-19 del Apocalipsis.
Su conclusión es la siguiente:
“En otras palabras: si durante el pontificado n. 111 sucede una de estas dos cosas (o aun las dos juntas): o que se obtenga una paz universal cristiana (lo que parece exigir la conversión y fe de las naciones), o que llegue entonces la conversión de Israel anunciada por los profetas y por Pablo, se habría obtenido en tal pontificado la convicción de ser la lista de instinto profético.
En cuyo caso, con gran seguridad se podría pensar que el n. 112 traerá una persecución, (¿cómo?) y quizás el fin de la historia, o que le seguirá todavía el n. 113 con la destrucción de Roma y el Juicio final.
D. Francisco Canals decía en esta revista en Agosto del 2002, comentando estos lemas en diálogo con otro profesor y recordando conversaciones del P. Orlandis, “el lema “De gloria olivae”…. Sugiere el comienzo por lo menos de la profetizada conversión del pueblo judío, de la que ha hablado también el Concilio Vaticano II”, ”la oportuna cita que acompaña al lema último, el de “Petrus Romanus”… la Ciudad de la Siete Colinas es Roma, que ya san Agustín llamaba la Babilonia de Occidente…Afirmaba Cornelio a Lapide que Roma sería destruida por el poder universal del anticristo en odio a Cristo y a su Iglesia y que lo sería desde Jerusalén, ciudad donde todavía serían perseguidos los que fuesen creyentes en el Dios de Israel, aunque esta persecución sería contemporánea del inicio de la conversión del pueblo escogido.”
Entendido así, la última persecución de la Iglesia Romana y el juicio de Dios sobre las Naciones ejercido con la destrucción de Roma no sería el fin de los tiempos sino el fin del “tiempo de las naciones”, de que habla Jesús en el evangelio del evangelista Lucas.”Jerusalén será pisoteada por los gentiles hasta que se cumplan los tiempos de las naciones”(Lc. 21,24).
Tal vez la profecía de san Malaquías habla de los últimos pontífices romanos del tiempo de las naciones, después del cual, como lo afirmaba también san Buenaventura, vendría la época anunciada por san Pablo de la nueva vocación de los judíos, cuya conversión sería para todo el mundo como un retorno de muerte a vida, y según san Buenaventura abriría los tiempos últimos de la paz universal”.
Y acaba comentando que ese tiempo será la época en que el león y la oveja pacerán juntos y surgirán nuevos cielos y nueva tierra.
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